jueves, 26 de mayo de 2016

El otro hijo de Sharon Guskin

Sinopsis:

¿Qué harías si tu hijo te dijera que ha vivido otra vida y quiere regresar a ella, que quiere volver con su otra madre?
Janie sabe que con su hijo Noah nada es fácil. Por las noches sufre pesadillas tan espantosas que incluso ella se asusta. Todo el mundo le dice que es una fase pasajera, pero la situación solo parece empeorar. Hasta que un día Janie recibe la llamada del colegio para que vaya a recogerlo de inmediato. Y la vida se para.
Para el psiquiatra Jerome Anderson la vida tal y como la conocía también se ha detenido. Su médico le ha confirmado que le queda poco tiempo, pero Jerome no piensa que todo esté acabado. Ha dedicado su vida a buscar algo más allá de lo que todos pueden ver o percibir. Y con Noah cree que lo ha encontrado.
Muy pronto, Noah, Janie y Jerome llamarán a la puerta de una mujer a la que ninguno de ellos conoce y, cuando esa puerta se abra, todas sus preguntas encontrarán respuesta.
¿Qué sucede tras la muerte?
Una historia emotiva y llena de suspense marcada por el profundo vínculo
que se crea entre una madre y su hijo.

Opinión:

Un niño que recuerda haber vivido en otro lugar y con otra madre.
Una madre que no entiende lo que le está ocurriendo a su hijo.
Un psiquiatra que ha dedicado su vida y trabajo a buscar respuestas.
Otra madre, que busca incansablemente a su hijo desaparecido...

Sobre estas premisas se construye la historia, una obra que tiene mucho de filosofía y ello obliga a reflexionar constantemente al lector mientras lee, generándole dilemas.
Como diría Confucio, Leer sin meditar es una ocupación inútil, y lo importante de esas reflexiones no es el resultado, son las cuestiones que van surgiendo por el camino, el proceso de pensamiento.
Hay una pregunta implícita y constante en toda esta historia. La autora nos bombardea con ella desde el comienzo y es la misma que desde la antigüedad ha generado el gran debate entre todas las vertientes del pensamiento. ¿Fiarse de los sentidos o de la razón? 
Una pregunta muy complicada cuando estamos más que acostumbrados a responder con la tan manida respuesta de... Si no lo veo, no lo creo.


Argumento... 

Sin duda, es una apuesta arriesgada, ya que el tema principal sobre el que gira esta novela, es la reencarnación.
Para algunas religiones o filosofías, la creencia de que la esencia individual de las personas; alma, mente, conciencia, o energía, adopte un nuevo cuerpo material tras la muerte, es algo natural; pero a los occidentales esas creencias nos cuesta entenderlas con facilidad.
La reencarnación contempla que tras la muerte, el espíritu viaja hasta encontrar un nuevo cuerpo; para aprender a través de varias vidas, lecciones fundamentales que nos hagan evolucionar hasta alcanzar el estado de iluminación.
Por ese motivo digo, que es una apuesta arriesgada. Hay que tener una mente muy abierta para leer esta obra sin prejuicios.

Pero no es el único tema sobre el que se construye la trama. Los personajes principales nos mostrarán sus conflictos interiores, sus prejuicios, el miedo ante lo desconocido, los remordimientos, e incluso podemos ver una clara crítica hacia la ciencia y la medicina moderna, con sus diagnósticos preconcebidos.

Estructura...

La novela comienza con dos hilos argumentativos principales.
El de Janie, la madre de Noah y el de Anderson, el psiquiatra que tomará el caso de nuestro pequeño protagonista en un último intento por resolver el misterio de sus fobias nocturnas y de su extraño comportamiento.
Estas dos tramas van alternándose hasta que sus protagonistas se cruzan.
Más avanzada la lectura, hacen acto de aparición otros dos hilos argumentales más.
El de Denise, aparecerá llegando al meridiano de la novela y el de Paul, prácticamente en la recta final de la historia, para rematar algún tema pendiente.
Estos dos personajes, aunque secundarios, tienen mucha importancia para el desarrollo de la trama.

La historia, en un principio, comienza siendo una narración lineal, pero llegados a un punto se rompe ese orden cronológico con la incorporación de escenas retrospectivas que darán la información necesaria al lector, para comprender a los personajes.

A toda esta estructura, hay que añadirle algunos fragmentos de la novela Vida antes de la vida de Jim B. Tucker, que aportan la parte de realidad a la novela, con el relato de casos verídicos sobre reencarnaciones.
Estos fragmentos, aunque interesantes, no los entiendo incluidos entre medias de la historia. El argumento de por sí, aporta bastante interés y credibilidad, y lo habría encontrado más lógico que esa incorporación se hiciese en bloque en la parte final de la obra e incluso al principio como un prefacio.

El tono general...

Puede parecer que nos encontramos ante una novela de intriga, un thriller, pero realmente la veo complicada de catalogar. Más bien apostaría por clasificarla como drama de ficción, porque los rasgos anteriormente citados tampoco sobresalen en ningún momento.

El estilo narrativo es sencillo. El tono empleado no es en general positivo ni estimulante, aunque es cierto que es el correcto para mostrar los sentimientos de los personajes, sus conflictos y conseguir empatizar con el lector.
La novela sin duda engancha, incluso me arriesgaría a decir que la trama da un giro radical a raíz de la incorporación de los últimos dos hilos argumentales.
El ritmo de la narración se acelera por el aumento de la intriga y el deseo de encontrar respuestas por parte de los personajes e incluso del lector.
Pero lógicamente, en el libro no encontraréis esas respuestas...
Al llegar al final el lector se encuentra con un dilema, la reencarnación es la mejor explicación, aunque no lo única...

El final elegido considero que es el correcto...

Con todo lo citado hasta el momento, debo decir que esta lectura no me ha convencido del todo.
No he disfrutado como esperaba y es que me ha quedado una sensación como de vacío.
No puedo atribuir esa sensación a ningún detalle en concreto, es simplemente, que me deja la impresión de que falta algo y ese algo, se levanta ante mí como un muro insalvable que impide, en este caso a mí, conectar con el rumbo que toma el argumento y empatizar con los personajes.
Es como cuando haces una comida y no logras identificar que condimento le falta. Una percepción sutil que te persigue a lo largo de la lectura del libro e incluso después de haberlo finalizado.
Con esto, no estoy diciendo que la ópera prima de Sharon Guskin sea mala, tiene un argumento original, un comienzo impactante y prometedor, y unos personajes que se van perfilando poco a poco sin llegar a eclipsar al resto. Cada uno cumple con su papel dentro de la trama sin llegar a sobresalir por encima de los demás.

Las valoraciones de las novelas, ya sabéis, que dependen de muchos factores y varían según el lector, por ese motivo, espero que vosotros sepáis o logréis disfrutar más de esta obra.

Salvo un par de errores o deslices que achaco a la traducción más que a la redacción, considero que esta lectura puede resultar una apuesta interesante...


sábado, 21 de mayo de 2016

El perfume de Patrick Süskind

Sinopsis:

Jean-Baptiste Grenouille tiene su marca de nacimiento: no despide ningún olor. Al mismo tiempo posee un olfato prodigioso que le permite percibir todos los olores del mundo.
Desde la miseria en que nace, el protagonista escala posiciones sociales convirtiéndose en un afamado perfumista.
Crea perfumes capaces de hacerle pasar inadvertido o inspira simpatía, amor... Para obtener estas fórmulas debe asesinar a jóvenes muchachas vírgenes, obtener fluidos corporales y licuar sus olores íntimos.
Su arte se convierte en una suprema e inquietante prestidigitación.

Opinión:

Nos encontramos ante una novela de ficción; la biografía quimérica de un asesino, ambientada con maestría en la Francia del sigo XVIII.
Pero no nos encontramos únicamente con una trama que nos transporte por el tiempo, más bien es un viaje a través de los sentidos, en concreto del olfato.

La obra está dividida en cuatro partes, un total de cincuenta y un capítulos cuyo narrador nos referirá todo cuanto acontece alrededor de Jean Baptiste Grenouille, el protagonista.
En este párrafo de apenas dos líneas acabo de señalar los cuatro puntos más importantes que he encontrado y sobre los que está construida esta novela.
He citado de forma implícita la estructura; el narrador y su forma de relatar; sin olvidar, por supuesto, al protagonista absoluto de la obra.

¿Qué destaca en la estructura de esta obra?

Estamos más que acostumbrados a encontrar historias con estructuras completamente lineales, las clásicas de introducción, nudo y desenlace; donde la historia acompaña a un protagonista y el resto de personajes van entrando y saliendo de la trama. Esta novela podría ajustarse a esa descripción, pero yo realmente no la veo así, encuentro que tiene una estructura algo curiosa, especial e incluso atípica. La veo como una concatenación de historias, donde una tras otra van dibujando la vida del protagonista.
Cada etapa de la vida de Grenouille cuenta con un personaje secundario que le acompañará por un breve espacio de tiempo, eso sí, una vez que desaparece lo hace para siempre de esta historia. Estos personajes incidentales, episódicos, que apenas interfieren en la trama, son un recurso para narrar de foma ordenada los acontecimientos, dejando que el peso de la acción recaiga totalmente en manos del protagonista.

¿Quién narra y cómo?

En este caso la narración nos llega de manos de un narrador omnisciente dotado de una gran capacidad descriptiva.
Su narración va más allá del mero hecho de contar, y es que cuando empleo este término en concreto, contar, lo hago para referirme a un relato más superficial, no tan rico en explicaciones y detalles como es el caso de éste ante el que nos encontramos.
Este narrador, por lo tanto, nos muestra, nos ofrece una crónica más detallada, cargada de intensas y vívidas descripciones que ayudan al lector a imaginar sin esfuerzo, participando en la tremenda evolución que sufre el protagonista.

Lo que más puede llamar la atención de esta novela es la prosa empleada, el juego que se da a la semántica.

El uso continuado de sinónimos, comparaciones... convierten esta lectura realmente en enriquecedora.
Pero quiero hablaros más de las descripciones y de lo que encontraremos en ellas.
Aparecen página tras página y tienen una peculiaridad, están cargadas de adjetivos que para mi gusto hacen resaltar la realidad de lo narrado.
Hay quien dice que más vale una descripción sumaria que una cargada de adjetivos, que el convertir el uso de ellos en abuso, es propio de escritores con poco oficio. Personalmente no comparto esa opinión, al menos en lo que se refiere a esta obra.
Es cierto que el abusar de adjetivos deja poco margen a la imaginación del lector, pero en este caso, los adjetivos realzan, refuerzan, dan más énfasis, engrandecen las descripciones y aportan un entorno más real, más tangible.
También es justo citar que descripciones tan precisas pueden llegar a herir en algún momento la sensibilidad de algunos lectores, sobre todo cuando entra en detalles sobre determinados temas escatológicos.

Pero dejando esto al margen, lo más normal es que desde el comienzo nos sintamos atrapados por la técnica tan asombrosamente descriptiva, tan enganchados como se siente el mismo Jean B. por los miles de olores que le rodean.
El lector queda embelesado por los matices que el joven aprendiz es capaz de identificar, nos vemos transportados al microcosmos que el personaje ha creado para sí mismo, ese mundo donde solo existen los aromas, alejado de las personas, para evitar que lo contaminen con su presencia y olor.

¿Y qué convierte a ese personaje en alguien tan atípico?

Jean Baptiste es un ser grotesco, extraño, carente de olor, y quizás precisamente este último detalle, en apariencia sin importancia, es lo que hará que desarrolle su fabuloso don.
Esa capacidad olfativa se irá desarrollando hasta convertirle en alguien con una destreza extraordinaria, en todo un genio de los perfumes, en un personaje que no parará de evolucionar y terminará convertido en el mayor asesino que se haya conocido en Francia.
Este personaje de apariencia aborrecible, detestable; de comportamiento solitario, huraño e introvertido; llega a generar sensaciones contradictorias y volubles en el lector.
En momentos puntuales llegamos a sentir pena por él y un segundo después ese sentimiento se mitiga o cambia de forma radical, convirtiéndose en odio e incluso asco. 
Esos sentimientos no solo afectan al lector, todos los personajes que se cruzan con Jean Baptiste lo sienten de igual manera.
El Maestro perfumista Baldini así lo deja plasmado entre las páginas de este libro al despedirse. No puede negar la honda simpatía que ha acumulado hacia Grenouille con el paso del tiempo, en cambio, un párrafo después menciona que nunca le resultó simpático y que ahora que lo pierde de vista es cuando únicamente puede ser sincero y confesárselo a sí mismo.

Punto y final.

Es una obra amena, de fácil lectura, que ya había tenido la oportunidad de leer hace mucho tiempo. Recordaba muy poco de ella, solo se había quedado grabada en mí la descripción del protagonista y la sensación agradable que solamente dejan las buenas historias, por lo tanto, era otra de las que me apetecía recuperar. Ahora con el paso del tiempo y tras una segunda lectura puedo seguir recomendándola, me ha vuelto a colmar la misma sensación satisfactoria que la primera vez.

Por último, decir que hay una versión cinematográfica de esta obra.
Una excelente versión pero que no llega a estar a la altura del libro.
El cine transmite sensaciones mediante el sentido de la vista, pero la huella que dejan en el lector las descripciones sobre olores no se pueden plasmar visualmente.
Es cierto que la escenografía de la cinta está muy lograda, pero es imposible captar determinados momentos, ni ser tan minuciosa y rica en detalles como la novela.
El libro obliga al lector a servirse de sus propias experiencias para recrear olores, por ejemplo, mientras leía se me agudizó el olfato, tuve la sensación de sentirme rodeada por los diferentes aromas que se describen, tanto beneficiosos como perniciosos.

Y ahora sí, me despido y dejo a vuestra elección escoger este libro como posible y futura lectura.



lunes, 9 de mayo de 2016

Mariana Pineda. Un canto a la pasión y a la libertad de José Luis Olaizola

Sinopsis:

La vida de Mariana Pineda, breve, pero intensa,
fue una aventura permanente y un canto a la libertad

José Luis Olaizola ha novelado, con su maestría habitual, la corta vida de esta granadina que nació en 1804. Era hija ilegítima de un caballero de la Orden de Calatrava y padeció ese estigma durante su azarosa infancia, pero lo superó gracias a su encanto personal y, pasados unos años, a su singular belleza.
Muy joven, se casó con Manuel de Peralta, un militar de ilustre familia que fue quien la inició en los ideales liberales de la Constitución de Cádiz, de los que acabó siendo entusiasta defensora. Así participó en numerosas conspiraciones contra el absolutismo de Fernando VII, que a la postre acabaron costándole la vida. Con solo veintisiete años murió ajusticiada, acusada de bordar una bandera morada con las enseñas: «Libertad, Igualdad y Ley».
Fallecido el rey déspota, Mariana Pineda se convirtió, hasta el día de hoy, en el símbolo de los nobles ideales de la libertad.

Opinión:

Pocos monarcas disfrutaron de tanta popularidad inicial como Fernando VII.
Tras pasar toda la Guerra de Independencia preso, retornó como legítimo rey de España y malogró su reinado convirtiéndolo en uno de los más desastrosos y dignos de olvidar que ha conocido España.
Declaró la constitución de Cádiz nula y sin ningún valor; algunos de los héroes indiscutibles de la Guerra de Independencia española, los mismos que habían luchado por reponerle en el trono, terminaron encarcelados y lo mismo sucedió con los liberales que optaban por restaurar una monarquía, algo más democrática y constitucional.
En este periodo es donde entra a formar parte de la Historia el personaje principal de esta obra.

Quien más quien menos, todos hemos oído hablar en alguna ocasión de esta mujer.
El 18 de Marzo de 1831, Mariana Pineda era detenida y acusada de tener en su poder una bandera, que aunque inacabada, significaba la lucha contra la monarquía absolutista de Fernando VII.

Recuerdo que hace mucho tiempo vi en televisión una serie de cinco capítulos, Proceso a Mariana Pineda, donde recreaban su vida. El papel principal recaía en Pepa Flores y la fuerte personalidad que transmitía, tanto la actriz como la vida del personaje, quedaba reflejada en una de sus frases finales.
Un ejemplo de orgullo, una clara defensora de la libertad que mantuvo la dignidad hasta la hora de prepararse para la ejecución, negándose a entregar sus ligas.
Parafraseo a José Luis Olaizola, porque la frase exacta yo no la recuerdo...
Eso no, no consentiré ir al patíbulo con las medias caídas, y que se tranquilicen esos ministros de justicia, que católica soy y católica quiero morir y mi religión me prohíbe el suicidio.

La narración nos ofrece dos narradores distintos.
  • El cronista.
Tenemos su relato, desde el cual se nos van contando todos los acontecimientos de forma cronológica, que marcaron la vida de esta mujer.
La crónica no comienza con su nacimiento, sino que el autor se remonta un poco más hacia atrás en el tiempo, para que conozcamos algunos retazos de su vida familiar, principalmente los datos que conciernen a su padre.
De esa forma, no solo obtendremos información sobre su familia, sino que también nos crearemos una idea sobre la situación socio política que se vivía en el momento.
No nos encontramos ante un ensayo riguroso, por lo tanto, los datos que se facilitan aunque estrictamente documentados, se complementan con diálogos recreados.

  • El diario
El otro testimonio nos llega a través de la incorporación de fragmentos extraídos del diario de Mariana; aunque coincido con el autor de que no se trata exactamente de un diario.
Los diarios suelen recoger el día a día de su propietario y según conoceremos por lo que en él se relata, la protagonista no plasmaba de forma asidua sus vivencias, sino que tan solo escribía en él los sucesos que consideraba trascendentales o dignos de ser recordados con posterioridad.
Con este diario, seremos partícipes de las reflexiones y pensamientos más íntimos de nuestra protagonista y conoceremos a una mujer liberal que se adelantaba a su tiempo.

Los datos que se proporcionan, en general, resultan interesantes, pero también hay que resaltar que la obra no mantiene un ritmo constante, el ritmo va in crescendo, algo lógico porque lo interesante llega en la vida adulta de la protagonista, más o menos en la segunda mitad de la obra. En ese momento, los acontecimientos que se narran adquieren mayor intensidad.
También hay que señalar que en la parte final de la narración, a partir del momento de la detención de Mariana, se incluyen más fragmentos de sus apuntes, con lo que el relato se vuelve más pasional por lo traumática de la situación.

Los personajes.

La figura de Mariana Pineda pasó a convertirse en todo un símbolo de la causa liberal a comienzos del siglo XIX. Llegó a eclipsar a muchos personajes célebres de la época, como podemos verlo a lo largo de las páginas de este libro, y quizás, ese sea no el error, pero si el detalle que hace que a la obra le falte algo... Las páginas quedan un poco vacías de historia.
El resto de personajes  que aparecen, desempeñan un papel meramente secundario. Una triste comparsa utilizada para recrear el entorno de Mariana y de una sociedad que se mostraba disconforme con un rey, El deseado, que pasó a convertir su reinado en uno de los más ominosos y aborrecidos que se puedan recordar.
Y es cierto, Mariana es el personaje principal indiscutible de esta historia, pero como digo al menos para mi gusto, hubiese resultado interesante ampliar los datos que se dan, rellenando con más acontecimientos históricos.

El mencionado Fernando VII; La Pepa, La constitución de 1812; Juan Martín El empecinado, ese héroe que se inició como guerrillero contra los franceses, luchó por el retorno del rey y al final acabó ajusticiado por él; Rafael de Riego o Espoz y Mina entre otros, creo que son merecedores de un poco más de reconocimiento o protagonismo, y no solo salir citados en algunos momentos que considero demasiado puntuales.

La novela resulta amena, aunque como he dicho se hace corta. Una obra muy recomendable que nos acerca a una época muy intensa, cargada de acontecimientos y donde tras cada esquina se fraguaba una conspiración.

Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente.