jueves, 13 de abril de 2017

Las señoritas Lagarde de Jacinta Ramírez de Rodrigo

Sinopsis:

Cuatro hermanas. Un secreto familiar. Un amor prohibido.
Octubre de 1875, Antonio López de Sandoval, brigadier de ingenieros, regresa a España después de haber luchado en Cuba durante cinco años. Su vida esconde un gran secreto.
Determinado a que nadie lo descubra, se dispone a abandonar el ejército y a refugiarse en una pequeña localidad andaluza. Aquí, el enigmático personaje conoce a Esperanza Lagarde, de quien se enamora perdidamente.
 La precaria economía familiar de la joven es uno de los motivos por el que sus hermanas permanecen solteras, pero hay otro más importante. Cuando Antonio lo averigua, toma una sorprendente decisión que acabará cambiando la vida de todos.
Basada en hechos reales, esta es una historia de intrigas. sospechas y engaños.
Una aventura increíble que recrea una época en la que las mujeres no podían elegir su destino.

Opinión:

Leí en alguna entrevista a la autora, no recuerdo en que medio, que para esta novela se había empapado de la obra de autores españoles de la época, lógicamente salía a relucir el nombre de Doña Emilia Pardo Bazán y el de D. Benito Pérez Galdós, dos autores elegidos con gusto y acierto, ya que son dos escritores de referencia en el género del realismo español.
Por lo tanto, esta novela ya tenía un punto a favor si lograba tan solo la mitad del realismo que ellos conseguían en sus novelas.
Es cierto que la autora consigue recrear muy bien la sociedad de finales del siglo XIX y en este punto habría que hacer especial hincapié, en como logra reflejar el papel de la mujer, en una sociedad donde como se indica en la sinopsis, no podían elegir su destino.
No voy a decir que haya conseguido imitar o alcanzar el estilo de los dos genios literarios españoles, anteriormente citados, porque eso es algo imposible, entre otras cosas le falta imitar el lenguaje excesivamente cuidado en el que ambos eran expertos, además de que se sabe que Galdós era un experto pintor de ambientes.

Aún así, hay que decir que el grado de satisfacción tras la lectura es bastante alto.

Las señoritas Lagarde, nos ofrece una historia familiar, una narración donde los personajes principales son mujeres, pero sobre todo, una historia que esconde un enorme secreto.
La narración se respalda en dos acontecimientos históricos, el asesinato de Prim y los primeros años de la guerra de cuba, la que fue conocida como la guerra de los diez años, si bien, el punto desde el que surge esta historia, el más importante, es el asesinato de Prim y los acontecimientos tanto previos como posteriores al atentado que tuvo lugar en la calle del turco.

En los cuatro primeros conocemos a la familia Lagarde y al que será el protagonista masculino, Antonio, mostrándonos los meses previos a su llegada a Sanlúcar.
Ahí surge el misterio, o más bien el primero de ellos, porque realmente esta historia parece un ovillo. Según avanza la lectura empiezan a aparecer secretos que se enlazan, y solo al final, descubriremos la verdad.
A continuación tenemos otros cinco capítulos, cada uno de ellos dedicado a un personaje.
Caridad, Rosario, Milagros, Antonio y Esperanza.
Cinco personajes fundamentales y bien definidos, a través de los cuales iremos conociendo a la sociedad de la época, si bien, de entre ellos destaco a 3, a los que forman el triángulo amoroso. Antonio, Milagros y Esperanza, pero de ellos ya hablaremos cuando les toque el turno.

Como he dicho, esta historia la componen diez capítulos...
El último
se titula La carta y en él nos aguardan las revelaciones, pero también las sorpresas. Y aquí llega el "pero" de la novela, se supone que este capítulo debería cerrar la historia, pero el final elegido a mí, me deja más incógnitas y sobre todo preocupación, por los personajes.

También hay que señalar, que al final nos encontramos con que la autora ha incorporado tres pequeños bloques bajo los títulos de contexto histórico, personajes históricos y cronología, donde se facilitan los datos necesarios para comprender o conocer el trasfondo histórico sobre el que se construye la historia.
Pero volvamos a la novela...

Las señoritas Lagarde es una saga familiar, una novela que podíamos catalogar en distintos géneros. Es una historia costumbrista con tintes románticos, donde la ficción se mezcla con los hechos históricos y donde además, encontramos una historia real sobre una antepasada de la autora.
Esta novela está muy bien ambientada, hace énfasis en las costumbres y algo que destaca es la diferencia que encontramos en el lenguaje, diversos registros y niveles para diferenciar la clase de la que provienen los personajes.

El realismo
, como indica su nombre, era un testimonio fiel de la realidad, huyendo del idealismo que encontramos como característica principal en las obras del romanticismo, y es curioso, porque aquí vemos reflejado ambos géneros.
Las dos hermanas pequeñas tienen una idea particular sobre el amor.
Milagros más pragmática y realista, contrasta enormemente con la idea que sobre el amor tiene Esperanza.

Las acciones de los personajes
, son un claro reflejo del ambiente en el que se mueven.
La madre, apocada, es el clásico "Ángel del hogar". Una mujer de provincias, a la que no le gusta relacionarse socialmente, que vive volcada en las tareas de casa, en el marido y los hijos, huyendo de la ociosidad, y las dos hijas mayores siguen su ejemplo al pie de la letra.

En la tercera de las hijas, Milagros, vemos a una de esas mujeres soñadoras, que empezaban a ser más independientes. Quiere ser maestra y en ella vemos retratada esa parte de la sociedad que inspirándose en la filosofía krausista, apoyaba la Institución Libre de Enseñanza. Sin duda el mejor personaje femenino.


De Antonio López de Sandoval, realmente sabemos muy poco.
Su verdadera historia la iremos conociendo a lo largo de la obra, pero se sabe que tuvo relación con Prim e incluso que pudo estar relacionado con su asesinato, pasando los últimos cinco años luchando en Cuba.
Tiene una personalidad embaucadora, es un gran seductor, y al igual que todos los personajes, los lectores también caemos bajo su influjo.
No tiene una, tiene mil caras y en cada situación sobresale sorprendiéndonos con los giros argumentales que el mismo provoca. Es un personaje excelente, sobre todo un virtuoso en contar tanto verdades, como medias verdades y grandes mentiras.

Don Pedro
, el cabeza de familia, es un hombre con carácter, al que le gusta cumplir con las tradiciones, por lo tanto sus hijas deben casarse por orden de edad, y aquí surge el conflicto narrativo; Antonio se enamora de Esperanza, la hija pequeña, y parece que lo va a tener complicado.
Él es perseguido por un pasado convertido en misterio y a Esperanza la persigue la tradición y un pesado lastre, porque las señoritas Lagarde han nacido solteronas.
Las dos mayores, tan retraídas e insulsas como la madre, no resultan nada agraciadas y el reto de casarlas se ha convertido en toda una aventura.

Y pasito a pasito, personaje a personaje, hemos llegado casi al final, al momento que me reservo para Esperanza.
Y es que, realmente es un personaje que no me ha gustado; quizás porque Milagros consigue eclipsarla con su fuerza y argumentos.
Esperanza es un personaje que se deja llevar y que realmente sin su hermana mayor, sería totalmente maleable. La vemos crecer, pasar de ser una jovencita bonita que resalta por encima de sus hermanas, a convertirse en una total belleza. Pero la belleza, no lo es todo...



lunes, 10 de abril de 2017

Renacer de las cenizas de Akiko Mikamo

Sinopsis:

Hiroshima, 6 de agosto de 1945. El joven Shinji Mikamo y su padre disponen todo lo necesario para la demolición de su casa. Nada les hace sospechar que esa mañana se abrirán ante sus ojos las puertas del infierno, pues la bomba atómica estalla a escasa distancia del lugar donde se encuentran. A pesar de su cercanía al epicentro de la explosión, milagrosamente ambos logran sobrevivir, aunque con graves heridas. La destrucción causada por esta desconocida arma, de una magnitud jamás vista hasta entonces, los conducirá a un angustioso peregrinaje en busca de su salvación a través de un nuevo mundo de devastación y horror.
Renacer de las cenizas, historia biográfica real, escrita por una de las hijas del propio protagonista, no solo constituye un fidedigno testimonio que nos aproxima a los extraordinarios acontecimientos que se convertirán en hito indeleble de la historia del siglo XX, sino que también constituye un extraordinario ejemplo de superación personal y perdón, un mensaje de paz y amor para toda la humanidad.

Opinión:

Hoy quiero hablaros de un libro, uno de esos textos que hoy en día muchos deberían leer. Una historia dura pero que muestra el gran poder sanador que tiene el perdón.

Todo comienza una mañana.
Una mañana como otra cualquiera, donde un padre y un hijo comparten un escaso desayuno, fruto del largo racionamiento al que se están viendo sometidos por la guerra.
El sol todavía no está alto, pero el caluroso bochorno parece presagiar los tristes acontecimientos que están a punto de suceder.
Ese primer capítulo, comienza con un título que deja poco para la imaginación, Cielo azul, cielo rojo, un presagio que planea sobre las cabezas de los personajes como ave de mal agüero.
Nos encontramos en la ciudad de Hiroshima, situada al oeste de Japón, la mañana del 6 de agosto de 1945.

Akiko Mikamo es la autora de esta obra, y a la vez es hija de Shinji, nuestro protagonista.
Akiko elige para dar voz a este testimonio, un narrador en primera persona, curiosamente su padre, que pasa de ser el personaje principal al eje de la narración.
Conocemos su testimonio de primera mano, una historia que refleja la experiencia vivida por él y su padre, en las primeras semanas y meses, después de la explosión de la bomba atómica.
Pero no nos encontramos con los inconvenientes inherentes a un narrador en primera persona, no cae en el error de la subjetividad, la injerencia que solemos encontrar en otros textos donde el personaje es víctima al mismo tiempo. Parece que más que un narrador en primera persona, es un narrador cámara, algo rarísimo de encontrar o que al menos yo, no he visto en ninguna otra obra.
Nos relata los hechos tal y como sucedieron, apenas interviene con sus opiniones, nos ofrece una narración real, humanizada y sobre todo respetuosa, sin tintes de acritud; podríamos considerar que es una oda a la paz y al amor, para toda la humanidad.

Su relato, como he dicho, no busca abrir heridas, no encontramos alojado en ningún momento sentimientos de odio, tampoco busca compasión, pero ¡ojo! si busca conmover al lector. Hacerle pensar y sobre todo enseñar que toda acción tiene sus consecuencias y no siempre resultan ser las deseadas.

Los personajes que iremos conociendo a lo largo de este relato, pese a toda la crueldad sufrida, solo ven la bondad y la generosidad de la gente que les tiende una mano en el camino. Cada uno de esos gestos de bondad es recibido por ellos como un regalo maravilloso. No tienen palabras de rencor para los causantes, saben que deben mirar hacia adelante aunque el futuro sea incierto.

La Historia está ahí, no puede borrarse y sería absurdo intentar hacerlo, como dice Shinji casi al final, cuando ya es un hombre adulto con una familia que depende de él.
El quiere que sus hijas vivan en un mundo en paz, donde las diferentes culturas se comprendan y se respeten, que se ayuden, para que nadie vuelva a sufrir semejante atrocidad.
El enseñó a sus hijas una lección con mucho valor y que debería servirnos a todos. Como seres humanos tenemos el poder de elegir, de reaccionar a experiencias aparentemente negativas y la mejor forma de hacerlo es a través de la compasión y del perdón.



martes, 4 de abril de 2017

El misterio del carruaje de Fergus Hume

Sinopsis:

Cuando un hombre es hallado muerto en el interior de un carruaje de alquiler, uno de los más distinguidos ciudadanos de Melbourne es acusado de asesinato. El ilustre joven proclama su inocencia, pero se niega a dar una coartada. Pronto se descubre la identidad de la víctima: un caballero recién llegado a la ciudad, muy bien relacionado con las altas esferas de la sociedad, y que pretendía en matrimonio a la hija de un rico hacendado, Madge Frettlby, que a su vez está enamorada de Brian Fitzgerald, un apuesto irlandés instalado en Melbourne para hacer fortuna.
Desentrañar el misterio será tarea de un eminente abogado y dos intrépidos detectives que llevarán al lector desde los más distinguidos salones de la alta sociedad, al submundo más miserable de los bajos fondos.

Opinión:

Ya sabéis lo mucho que me gusta la novela del siglo XIX.
En esta ocasión os hablo de la primera novela policíaca que logró convertirse en un bestseller.
Fue publicada en 1886, y a la muerte de su autor en 1932, se habían vendido más de 750.000 ejemplares, la mitad de ellos en los seis primeros meses tras su publicación, convirtiéndose en la novela más vendida del siglo XIX y principios del siglo XX.

Fergus Hume y el teatro.

El mayor sueño de este autor era llegar a ser un gran dramaturgo, y esa vocación se ve plasmada en esta historia, donde encontramos claras influencias del género.
El argumento parece dividido en actos, que son los que marcan de forma brusca los cambios o giros en la historia.
En el primer acto conoceremos en que consiste el misterio, y va desde el asesinato hasta la detención del joven Fitgerald.
En el segundo, nos encontramos con el juicio en su totalidad y es aquí, donde encuentro las mayores semejanzas con una obra de teatro.
La estructura de los diálogos, que son el método empleado en la ronda de declaraciones de los testigos, utilizan un estilo muy directo, haciendo uso de expresiones muy cortas que agilizan las escenas, y dando alternancia al discurso de los personajes que intervienen en esa escena.
El tercer acto se corresponde con el desenlace de la obra y conlleva una serie de revelaciones que desentrañaran el misterio que rodea al asesinato del carruaje.
En esa parte los acontecimientos se desencadenan de forma rápida y muestran de forma lineal, paso a paso la historia tal y como sucedió.
Por otro lado, no hay un gran número de personajes y en cada escena intervienen un número muy limitado de ellos. Algunos incluso desaparecen tras su corta aparición.

Un homenaje a los autores victorianos.

El libro lo componen 35 capítulos no muy extensos, y en ellos encontramos constantes alusiones a novelas y autores de la época.
Entre los referenciados podemos encontrar a Wilkie Collins, Edgar Allan Poe , Émile Gaboriau o Arthur Conan Doyle, entre muchos otros, pero quizás lo que más sorprende, son las constantes citas a escritoras, en un momento de la historia donde las mujeres, nos centraremos solo en este gremio, no estaban muy valoradas, y muchas de ellas optaban por publicar sus obras bajo seudónimo. Por eso resulta extraño a la vez que admirable, que Fergus las haga un hueco en su obra y sobre todo que de los constantes comentarios se desprenda la gran admiración y respeto que sentía por las obras de Mary Elizabeth Braddon y Anna Katherine Green, por cierto reseñadas en este blog.


¿Realismo o Naturalismo?

Las clásicas novelas victorianas se caracterizaban porque reflejaban de forma muy real la vida social de la época, en concreto sobre la aristocracia y la clase media emergente.
Pero esta historia, que muchos incluyen dentro del género del Realismo, tiene unos rasgos pronunciados que a mi me parece que pertenecen más bien al Naturalismo, ya que la trama, aunque habla de la aristocracia, profundiza bastante más en la vida callejera, adentrándose en los suburbios más marginales. Hace especial hincapié en la diferencia de clases, refleja la parte más dura y oscura de la condición humana y las taras sociales como la prostitución, las bandas callejeras o el alcoholismo.
Vemos una amplia critica social, aderezada con buenas dosis de ironía. La clase alta se resguarda tras un velo de hipocresía, tras falsas apariencias que serán un elemento fundamental en el desarrollo del argumento.

Una historia policial un tanto inusual.

No nos encontramos ante una historia policial al uso. Pensamos que al tratarse de una novela policíaca, el responsable de llevar a cabo la investigación será un detective, y eso no es del todo cierto.
Samuel Gorby es un detective que al comienzo parece que será el encargado de desentrañar el misterio, pensamos que su intervención será constante, pero poco a poco, según avanza la trama, vemos como este personaje empieza a perder fuelle y termina haciendo, como se diría en teatro, Mutis por el foro, es decir, saliendo de escena...

En ese momento, hacen acto de aparición dos personajes con bastante relevancia para el argumento. Un nuevo detective, Kilsip, con bastante más fuerza y personalidad que el anterior y Ducan Calton, el abogado defensor.
Pero tanto Gorby como Kilsip, son detectives imperfectos, con modos poco convencionales y mientras ellos se discuten el aplauso del público, Calton toma el mando de esta investigación y será finalmente quien, con su sagacidad, desentrañe la mayor parte del misterio.
Calton es un personaje muy bien definido y con el que el lector logra empatizar. Para mí, es el mejor personaje de toda la historia con diferencia.

Arquetipos

Sobre el resto de personajes no hay mucho que decir.
Podríamos hablar de Brian Fitgerald, el joven que es acusado desde el comienzo, y que desempeña uno de los papeles principales, pero no llega a cuajar.
Aunque el personaje está muy bien definido, a mí no deja de parecerme un peón, aunque necesario para el desarrollo de la trama, pero solo un peón.
Madge Frettlby, su enamorada, hija de un rico hacendado de Melbourne, tampoco me llega a convencer, y el motivo es que ambos personajes, al igual que el resto que aparecen en este relato, están demasiado estereotipados.

Las mujeres parecen tiernas flores de invernadero, demasiado ingenuas, con muy poco que decir o más bien nada, ya que su conversación resulta completamente vacía, ajustándose al canon de la época.
Los hombres, virtuosos y en apariencia inteligentes, portadores del fino sentido del humor inglés.
La clase humilde, además de tener que cargar con el lastre de la falta de cultura, aparecen cargados de defectos, faltas que no dudan en utilizar los de la clase snob para mofarse de ellos.
Entre medias de estas clases surge otra, la correspondiente a los dos detectives y que parecen mantenerse al margen de todas estas características.

Detalles

La novela incluye en la narración, cartas, fragmentos de los periódicos, transcripciones del juicio, lo que aporta un cambio en la estructura que convierte en amena la lectura.

Al final de la obra encontramos un posfacio donde Fergus Hume, nos cuenta no solo como surgió la idea de la novela, sino todas los problemas que tuvo que solventar antes y después de su publicación.

Por último, recomiendo dejar la lectura de la introducción, para el final. Creo que en ella se dan demasiadas pistas sobre el desarrollo de la trama, que en algún momento pueden llegar a destripar parte del argumento.